05 septiembre – 24 octubre / 2019
Uno de los artistas colombianos inevitables de la sexta década del siglo pasado es Pedro Alcántara Herrán, nacido en Cali en 1942. Estudió Arte en Roma. Desde su llegada al país se convirtió en dibujante, una práctica que estaba desatendida como arte mayor y que impulsó. Ganó cinco veces el premio en esta modalidad en los salones nacionales.
Su estética neo-figurativa fue un síntoma de época. Entre sus colegas que practicaron esos lineamientos podríamos nombrar a Augusto Rendón, Luis Caballero, Carlos Granada, Leonel Góngora y Norman Mejía. Este último se involucró junto con Alcántara en las exhibiciones que organizaron los Nadaístas, el grupo de disidencia cultural comandado por Gonzalo Arango. La producción de Alcántara en los años sesentas adoptó la tinta china como un ingrediente para elaborar sus propuestas desenfadadas que hacían comentarios políticos, anticlericales y sexuales, asombrando y confrontado a los espectadores de su época.
De la producción dibujística el artista pasa a interesarse por la obra gráfica y su capacidad de penetración a través del original múltiple. Las litografías y luego las serigrafías enseñan con suficiencia la destreza de la línea para construir los rostros y cuerpos que son el centro de su argumentación. Ambos desollados y violentos para apelar a la catarsis del observador.
Después de 1966 su obra se torna más política y entonces van a aparecer iconografías y referencias al Che Guevara, Quintín Lame, comandante Ciro, para nombrar ejemplos que están presentes en esta exhibición.
La muestra ofrece dos ejemplares de dibujos que hicieron parte de las exhibiciones del Nadaísmo y al tiempo documentos de estas muestras. Luego se concentra en obra gráfica y se presenta ejemplares de seis series: Tus sueños no tendrán fronteras de 1968 que aluden al Che. El conjunto de caras impresas entre 1968 y 1970. Los trabajos denominados Retrato de un guerrero de 1972. Las páginas del libro El mal y el Malo basado en poemas de Pablo Neruda fechadas en 1974. Estampas de la serie La Danza de la Muerte referenciadas con impresos del pintor del alto renacimiento alemán Holbeim y con sentencias lapidarias del profeta Isaías que se imprimieron en serigrafía en 1976. Finalmente, ejemplos del portafolio en homenaje al héroe, intelectual y político cubano José Martí de 1979. Estas obras reafirman el interés del artista en darle un sentido crítico a su obra en contra del militarismo y la opresión y a favor de las luchas sociales. Al tiempo revelan su gusto por la literatura, la historia del arte y el humanismo que siempre acompañan sus intenciones y formas de materializar.
La carrera y producción de Alcántara se extiende hoy por más de seis décadas de manera ininterrumpida. No solo trabajando en su propia obra sino ocupándose de los demás al imprimir portafolios y haciendo gestión cultural. Vive y trabaja en su ciudad natal.
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